Nuestro viaje al Quilotoa

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Día uno:
El plan de última hora

La primera historia para contar fue nuestro viaje al Quilota, una de las más hermosas lagunas que tiene nuestro país debido al color turquesa de sus aguas. Esta laguna es en realidad el cráter de un volcán extinto por lo que desde la parte superior de la caldera se la puede admirar en toda su extensión.

Todo empezó en el feriado nacional ecuatoriano del 10 de agosto, por el primer grito de la independencia; la verdad es que no teníamos planes como casi siempre sucede en nuestras mejores aventuras. Nuestra hija Sofi estaba de vacaciones en Ambato así que lo que íbamos a hacer era ir a Ambato a visitar a mi familia, pero como estamos acostumbrados a cambiar los planes y dejarnos llevar por el momento, a las 17h00 decidimos cambiar el rumbo e ir a la laguna del Quilotoa para hacer una caminata alrededor del cráter el día siguiente, entonces empezamos a hacer maletas, alistamos la camioneta y preparamos a los perros (7 pm).

Emprendimos nuestro camino por la Panaméricana Sur hacia la laguna del Quilotoa, la idea era hospedarnos en Chugchilán, un pobaldo cercano a la laguna y de ahí emprender la aventura para la laguna, de la hostería nos dieron las indicaciones para llegar desde Lasso- Toacazo-Sigchos-Chugchilán pero dada la hora y que desconocíamos la carretera, preferimos tomar la usual: Latacunga-Pujilí- Zumbahua-Chugchilán.

Llegamos a Latacunga a eso de las 9 pm y decidimos comer allí en uno de mis lugares favoritos de carnes asadas, luego tomamos la vía hacia Pujilí y de ahí hacia Zumbahua.

De pronto sería el cansancio y lo avanzado de la noche 11:30 pm pero no pude encontrar la vía hacia Chugchilán, hay que tener en cuenta que no se tiene señal de Internet por lo que no se puede usar las aplicaciones como Google Maps o Waze; sin tener idea de por dónde ir,  equivocadamente  tomamos la vía que primero encontramos, 1 hora después y al darme cuenta que estábamos bajando  hacia la costa me fije en un rótulo que decía “Bienvenidos a la Maná”, debo confesarles que se me pasó por la cabeza continuar el viaje, o quedarme a dormir en la camioneta, Diani (mi esposa) muy adormecida atinó a decirme que regresemos a Zumbahua y eso hice con todo el cansancio encima.

Llegamos a Zumbahua a la 1:30 am y nos acomodamos en el primer hostal que encontramos, no nos permitieron el ingreso de los perros, por lo que les tocó dormir en la camioneta, les acomodamos lo mejor que pudimos para que ellos también puedan descansar.

Normalmente si sales desde Quito temprano la mejor vía a tomar es: Quito, Latacunga, Zumbahua, Quilotoa, esta ruta les tomará entre tres y cuatro horas desde Quito, salgan temprano para que no se pierdan como nosotros jeje.

Día dos:
La vuelta al Quilotoa

Apenas amaneció y luego de revisar como estaban nuestros perritos Kafú y Nala, comimos un rápido desayuno y emprendimos nuestro camino hacia la laguna del Quilotoa, apenas salimos de Zumbahua vimos un gran letrero que indicaba la vía hacia Sigchos por Chugchilán, esa es la ruta que estuvismo buscando la noche anterior.

En el camino paramos en Tigua para visitar el taller de arte Naif, arte que muestra la cotidianidad de las comunidades y no mantiene las proporciones reales de los objetos, si tienen tiempo pueden realizar su propio cuadro en cuero de cordero. aquí también pueden probar el rico cuy.

Continuamos nuestro camino desde Tigua hacia el famoso mirador de cristal ubicado en Shalalá, en el acceso debes pagar el parqueadero si vas con carro propio y también debes pagar dos dólares del ingreso al mirador. En Shalalá tienes varios servicios, puedes hospedarte, comer, acampar, visitar el mirador, también hay artesanías y baños públicos. Es un lugar turístico organizado por la comunidad, es muy chévere llegar y ver a la gente trabajando en familia y cuidando de esa hermosa laguna.

Luego de estacionar el carro alistamos nuestros equipos, siempre nos gusta viajar ligeros y cómodos, eso no quiere decir que no llevemos nada, solo que buscamos optimizar y llevar lo necesario, les detallamos nuestras sugerencias para empacar una maleta de combate para el viaje:

  • Te recomendamos llevar una mochila cómoda y no tan grande en donde puedas llevar agua (½ litro), es mejor si tienes un camell bag ya que no tienes que parar para tomar el agua y puedes mantener el ritmo de la caminata.
  • Lleva una comida preparada o algo simple para preparar, esta vez nosotros llevamos las cosas para hacer un sánduche de atún con fruta, de seguro encontrarás más de un lugar en el que disfrutar tu comida acompañado del mejor paisaje.
  • Lleva algo de dulce, a nosotros nos gusta el clásico Manicho y también el rico Pacari de sal y de maracuyá.
  • No te olvides del abrelatas o de la navaja si vas a abrir latas.
  • Lleva fundas para la basura, no quieres dejar esas malas huellas en tu camino.
  • Si vas con perros lleva un recipiente para que puedan tomar agua, de igual manera lleva las correas para los cruces en poblados y fundas para sus gracias.

Antes de empezar la caminata siempre revisamos la ropa y las cosas que vamos a llevar, la Diani es friolenta y siempre quiere llevar muchas chompas pero yo le digo que es mejor viajar ligero, es preferible irte aumentando las capas de ropa a salir con muchas cosas y luego irte sacando en el camino ya que pierdes el ritmo.

Nosotros caminamos con botas de caña alta igual con medias altas para que en el camino no nos duelan los pies, un pantalón cómodo, una camiseta y una chompa ligera o primera capa. La Diani siempre lleva buff y guantes.

Siempre sobre esas capas deben llevar su chompa impermeable ya que el clima es cambiante y puede llover cualquier rato, nosotros llevamos esas chompas en las mochilas y la sacamos cuando lo necesitamos.

Una vez listos, con todo lo necesesario en la maleta empezamos la caminata a las 10:00 am acompañados de esos dos bellos golden retriver Kafú y Nala,  subimos al mirador de Shalalá para tener un primer vistazo de esta hermosa laguna color turquesa, nosotros empezamos la caminata en sentido antihorario, por lo que el primer obstáculo a superar fue la cima del Juyende una elevación de 3.930 msnm, la Diani sufrió en este primer tramo ya que aún no estás aclimatado y tus músculos están fríos,  debes ascender por algunas pendientes, todo sacrificio vale la pena, al subir puedes ver la laguna en toda su magnitud. A partir del Juyende todo fue más fácil y pudimos disfrutar de la hermosa caminata.

Los cambios de nivel son constantes y a cada paso la perspectiva desde la que miras la laguna cambia, el color del agua también cambia desde un verde profundo hasta un turquesa que recuerda a los mares del Caribe , con la diferencia de que estás a casi 4.000 metros. El sendero alrededor de la caldera tiene aproximadamente 9 kilometros de recorrido, nosotros nos demoramos 7 horas, claro que fuimos a un ritmo lento, haciendo muchas paradas para fotos, parada para el almuerzo y tramos de juegos con la Nala y el Kafú.

Durante la caminata atraviesas sitios en los que parece que podrías caer hacia la laguna o el precipicio; bosques de plantas nativas, pequeños  bosques de pinos, y arenales en los que el viento no te deja avanzar y puede hacer volar tu gorra, como me pasó a mi en dos ocasiones, por suerte Kafú es un excelente retriever y en los dos casos pude recuperar mi gorra. Una ventaja es que el sendero se encuentra señalizado, tienes señales grandes de madera y también hay lazos de tela color moradas que están amarradas en plantas y son muy útiles para seguir tu camino.

Nos encantó la idea de tener siempre a nuestro lado la laguna, pudimos ver todos los ángulos de la laguna y aprovechamos para sacar muy buenas fotos, no vimos mucha gente en el camino así que fue una caminata tranquila y muy privada, pudimos ir a nuestro paso y disfrutar de la naturaleza al máximo.

En las caminatas siempre la Nala se adelanta y a veces se pierde porque es despistada, pero el Kafú es muy cuidadoso y protector, está muy pendiente de nosotros y nos espera para continuar, es genial caminar con dos buenos compañeros perrunos.

Justo al frente del mirador de cristal hay otro mirador, es una zona más árida con arena y es abierto por lo que es difícil caminar, les recomendamos usar gafas y el buff para que no te entre nada a los ojos y puedas caminar, en este sector había una casa y la Nala despistada se adelanto y la perdimos de vista, tuvimos que buscarla y ella estaba yendose muy feliz con otro grupo, todo un caso la Nala, nada igual a su hermano Cafú.

En la caminata atravesamos por un bosque de pinos, es un lugar mágico con arena blanca y esos árboles muy verdes, cada uno iba disfrutando del paisaje y felices de poder estar en ese lugar ese momento, cerca del bosque decidimos sentarnos a comer, como yo soy el chef de la familia empecé a preparar el sánduche y le puse sabor ya que llevé tomate y limón para condimentar, me encanta cocinarles rico. El Kafú y la Nala también comieron su menú perruno.

Si te da ganas de ir al baño recuerda, todo lo verde es baño, solo fíjate bien que no estés junto a un sendero caso contrario te verán por todos lados.

Siguiendo por el sendero llegamos al mirador de la comunidad, este es el mirador principal de la laguna, tiene una estructura muy bonita de madera, tiene buena señalética y en esta parte hay muchos hoteles, restaurantes y tiendas de artesanías, si decides quedarte a dormir puedes hacerlo en este lado de la comunidad o en Shalalá como ya lo comentamos. Para nosotros lo único difícil fue lidear con la gran cantidad de perros callejeros ya que el Kafú es escandaloso y le encanta ladrar así que nos siguieron los perros de la zona y nos tocó casi casi correr para evitar problemas. Si van con perros tengan en cuenta esto ya que los perros de la zona no son tan amables jeje.

Luego del trote volvimos al sendero y pronto encontramos otro mirador, era un poco rústico y antiguo aquí había un muñeco que estaba de guardián de la laguna, ahí una familia se ofreció a tomarnos una foto a los cuatro juntos, Neto, Diana, Nala y Kafú.

Cada vez que avanzas miras el camino recorrido y te sorprende saber todo lo que has caminado y que lo estás logrando, el tramo final tiene mayor vegetación, más árboles de pino al parecer y puedes ver de cerca el mirador de cristal.

Al llegar al mirador de cristal nos encontramos con unas personas de la comunidad que estaban con unas hermosas llamas y no pudimos contener las ganas de tomarnos las fotos con esas bellezas, a esa hora ya no había mucha gente así que aprovechamos haciendonos sesion de fotos, luego muertos del cansancio nos acostamos en el mirador de cristal y dusfrutamos por última vez de esa hermosa vista antes de ir a la camioneta para regresar a Quito.

Ese día el clima nos acompañó, disfrutamos de un buen sol y la laguna siempre estuvo despejada, realmente disfrutamos mucho de esta aventura y la volveríamos a hacer siempre.

Les dejamos otras sugerencias que pueden ser útiles y otros datos intersantes:

Tips

  • Libera tu mente y aprovecha la caminata para fortalecer algún mantra o frase que te apoye.
  • Camina pasito a pasito, no hace falta correr lo importante es mantener un mismo ritmo y disfrutar el camino.
  • Al final del viaje comparte tu aventura con más viajeros para que ellos también puedan disfrutar de estas aventuras.
  • Esperamos que les haya gustado esta aventura y que les haya inspirado a viajar al Quilotoa, les dejamos unas postales de este hermoso lugar.

Neto y Diana

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